―Has estado en dos de mis peleas. Sin duda, es más fácil para ti ahora.
―No se trata de la pelea. Se trata de mi trabajo. Tengo un trabajo y me he tomado demasiado tiempo libre ya. Cuento con mi trabajo para pagar el alquiler, la comida y un millón de otras cosas.
―Está bien, voy a cubrir todas esas cosas por un rato. No es un gran problema.
¿No es un gran problema? Es un problema muy grande. Soy un adulto, lo que quiere decir que soy responsable de ciertas cosas.
―Carlos probablemente me despedirá si…
―Entonces deja que te despida.
―¿Que me despida? ―No sueno tan enojada, que es como me siento―. ¿¡Que me despida!? ¿Estás loco? Necesito mi trabajo.
Los ojos de Pedro se oscurecen y sus labios se transforman en una línea recta, impasible. Toda la atención está en nosotros.
―Papá ―gruñó sin querer―. Tú no vas a ir a Boston. Te vas a quedar aquí en Portland conmigo. Tu presión arterial es alta y hay que empezar a tomar eso en serio.
―Paupy
―Pedro, dile que no puede ir. ―No lo miro, pero puedo sentir su mirada airada en mi cara. Exhala y gira a mi padre.
―Lo siento, Ricardo.
―¿Hablas en serio? ―Él se burla―. Todo porque un doctor loco piensa que mi presión arterial es alta. ―Lanza sus manos en el aire antes de irrumpir en la habitación. Me dirijo a Pedro que está enfadado, pero yo estoy más enfadada.
―Tengo que tomar una ducha y prepararme para el trabajo, para así poder pagar la renta la próxima semana. Avísame cuando hayas terminado aquí ―murmuro, marchándome después de mi padre.
Papá está enojado en su oficina. Lo sé porque las persianas están cerradas. Cada vez que las persianas están bloqueando la ventana, es que no quiere ver a nadie y está bien para mí.
Mis dedos se enredan en mi cabello y silbo cada vez que mi cuero cabelludo se quema debido a eso. Me pareció que la ducha me ayudaría,pero todavía estoy enojada. Entonces deja que te despida. Pfft. Es como si mi trabajo no fuese un gran problema para él. Bien, yo no podría hacer tanto dinero como él, pero eso no significa que mi trabajo no era importante.
Restriego el jabón en un paño y froto a toda prisa debajo de los brazos y sobre mis pechos. El olor de la toronja y granada me alivian un poco,quitándome un poco de mi agitación. Papá va a estar enojado conmigo por un tiempo, pero sé que mamá me respaldará, por una vez.
Llaman a mi puerta y sacudo la cabeza. Este es el baño de las señoras.
Por suerte, el gimnasio está cerrado y soy la única aquí.
―Me estoy duchando. ―La puerta traquetea y luego se desbloquea.
Pedro entra con su expresión frustrada―. Por favor, pasa de todos modos
―¿Crees que esas palabras podrían hacerme ir a otro lado?
Me encojo de hombros.
―Te han enojado.
―¿Soy tan obvio?
Él se baja los pantalones cortos y los echa a un lado.
―No seas así.
Le doy mi paño y se estruja el jabón. Él deja rastros de burbujas de dulce olor por toda su piel mientras la lava. Yo estoy bajo el chorro caliente,dejando que el agua enjuague todo el jabón de mi cuerpo.
―No pensé que tendría que obligarte a venir a mis peleas ahora que eres mi novia. ―Ni siquiera me mira. Sus ojos están puestos en la esponja mientras gira alrededor de su estómago.
―No pensé que tendría que dejar mi trabajo y llegar a ser una triste mujer dependiente que te llevas contigo a todas partes.
Su mirada se ajusta a mi cara.
―¿Es eso lo que realmente sientes?
Niego.
―Por lo general no, pero esta mañana me lo estoy empezando a preguntar.
―No se trata de dependencia. Se trata de apoyo. Me alivia y quiero que estés ahí cuando gano.
Suspiro, saliendo de la corriente de agua para que él pueda entrar a enjuagar sus burbujas.
―No puedo estar allí todo el tiempo. No es realista.
Intento con todas mis fuerzas mantener mis ojos en los suyos. Es doloroso no mirar en todas partes.
―Voy a estar viajando mucho, Paula y te quiero conmigo en todo momento
Estoy tratando de ser tan amable como puedo, pero todavía estoy demasiado enojada.
―Sí, bueno, no siempre tenemos lo que queremos. ―Saco mi toalla de mi bolso y la paso por encima de mi cuerpo mojado, secando todas las gotitas―. No es demasiado tarde para echarse para atrás, ya sabes ―le digo,en referencia a nuestra relación.
―Yo no voy a ninguna parte. ―Apaga la ducha y le doy mi toalla.
―Eres persistente.
―Consentido. ―Sonríe, corrigiéndome―. Estoy acostumbrado a conseguir lo que quiero
No hay comentarios:
Publicar un comentario