Nos damos la mano y nos acercamos a las barras. Luciano se une a nosotros, contando. Cuando la palabra "Partida" cae de sus labios, Damian y yo empezamos con las flexiones. Casi de inmediato mis brazos comienzan a quemar y mis músculos a temblar. Mis pulmones se queman con la falta de oxígeno porque estoy conteniendo la respiración cada vez que flexiono.
Puedo oír a Damian respirar rítmicamente y me doy cuenta de que esto es pan comido para él. Va a machacarme. Bajo y uso toda mi fuerza para tirar lentamente de mí misma.
Luciano se está riendo, el mejor momento de su vida mirándonos. A mi lado, Damian está tirando de él hacia arriba y abajo rápidamente, como si fuera la cosa más fácil que haya hecho nunca. Mis brazos me van a dejar ir. Puedo sentirlo. A la mierda. Dejé caer mis manos de la barra y caigo en el suelo con los dos pies. Mis músculos tienen espasmos bajo mi piel y me acuesto de espaldas sobre las frescas colchonetas. Damian se inclina sobre mí, casi sin aliento.
―Hice ocho. ―Me quejo con orgullo.
Él extiende su mano hacia mí y la tomo. Mis brazos se sienten como gelatina. Se sienten como si se fueran a separar de mi cuerpo y a flotar de un momento a otro.
―Bien hecho. ―Sonríe―. Ahora deja de hacer que mi chico llegue tarde.
Pongo los ojos.
―Tú y yo sabemos que nadie puede hacer que Pedro haga nada que no quiera.
La risa de papá me llama la atención, él y Pedro entran en la habitación.
―Damian y Paula acaban de ir cabeza a cabeza en un concurso de flexiones en la barra ―anuncia Luciano, tirando de su camisa verde sobre su cabeza y exponiendo mucho más músculo del que se supuse que tenía―Paula perdió, obviamente. ―Se ríe y yo frunzo el ceño hacia él.
―Realmente no perdí ―declaro―. Puedo hacer ocho flexiones ahora en lugar de siete.
La risa estalla de todos y me enfado. Supongo que jactarse de siete no es digno después de todo.
―Como sea… ―comenta Damian―. Recibí una llamada de la MMAC antes anunciando que tu partido con Joshua Donskov es en siete días. Ya conoces las reglas. Nada de sexo. Nada de malas grasas y sin azúcares. La lucha será en Boston. Vences eso y lucharás contra Dom Russell por el contrato de profesional en Las Vegas una semana más tarde.
―No puedo esperar a verte golpear a Josh Donskov en el culo. ―Los vítores de papá y el pavor me llena el estómago.
Mi papá no puede ir a Boston porque no puedo ir a Boston para mantener un ojo sobre él.Carlos me despedirá si pido más tiempo libre. Ya he pedido demasiado. Luciano, papá y Damian entran en una discusión acerca de Josh Donskov y su técnica de “luchador”. Aparto a Pedro a un lado.
―Papá no puede ir a Boston… ―le susurro a él.
Sus cálidas manos rozan mis brazos y mis hombros, masajeando.
―Entre los dos podemos ser capaces de cuidar de él.
Casi me estremezco. Asume que voy a ir a Boston con él.
―Pedro, yo no voy a ir contigo a Boston…
Sus cejas oscuras se ciñen.
buenísimos,me encantaron!!!
ResponderEliminarYa son novios ¡¡ que lindo
ResponderEliminar