Parpadeo un par de veces con el fin de mantenerme despierta. Mis ojos amenazan con cerrarse y lo único que los mantiene abiertos es la masa imponente de músculos que se eleva desde la piscina. Juro que mi mundo va a cámara lenta mientras lo veo deslizar sus dedos por el cabello, haciendo que se vea todo despeinado y sexy. Eso no es todo lo que me llama la atención. Mis ojos recorren
su perfecta forma, como lo hicieron la primera vez que puse los ojos en él. Mi boca se seca y quiero pasar mis labios sobre su húmeda garganta. Soy consciente que de pronto un extraño calor abrasador me traspasa la parte trasera de mi cuello y una corriente eléctrica hormiguea en mi cuello como nunca antes he conocido.
Sonrío. Es agradable ver que nada ha cambiado. No creo que nunca me acostumbre a su perfección sin adulterar.
―Sigue mirándome así y te llevaré a la segunda ronda.
Me empujo fuera de la cerca y lamo mi labio inferior. Me siento fría y entumecida. Realmente espero no estar azul.
―Tenemos que levantarnos temprano mañana,¿recuerdas?
Se encoge de hombros.
―Si lo perdemos, reservaremos otro vuelo. ―Sonríe con una sonrisa arrogante—. Estoy seguro de que valdrá la pena.
Me agacho, recuperando la camisa de Pedro del suelo y se la arrojó.
—Nunca he estado en un avión antes y estoy emocionada, así que, si tú me haces perderlo, voy a matarte.
Termina con la camisa y alcanza sus pantalones vaqueros, mete una pierna después de la otra. Los jala hacia arriba y los abotona bajo en sus caderas. Cuando termina, extiende su mano hacia mí y la tomó. Mi piel se calienta en la suya y no puedo esperar a llegar arriba y tener el calor de todo su cuerpo irradiando hacia mí.
En la habitación de Pedro, tiro el vestido en el cuarto de baño y rápidamente paso una toalla sobre mi cuerpo, secando todas las pequeñas gotas de agua que me están helando hasta mis huesos.
Dejo caer la toalla y camino de regreso hacia la habitación, deteniéndome a medio camino de la cama. Mis ojos se abren una fracción cuando se colocan sobre Pedro y toda su gloriosa humedad recostada casualmente en la cama.
—Estás mojado.
Mojado es un poco exagerado. El aire casi lo había secado por completo antes de entrar en la casa, a excepción de una pequeña salpicadura de gotas sobre su pecho y brazos.
Me lanza otra de esas sonrisas.
—Creo que esa es mi línea.
Trato de no sonreír, pero estoy segura de que el torpe puchero en mis labios,mientras niego con la cabeza, ya había mostrado de hecho lo que yo quiero.
Pedro se ríe mientras enrolla las sábanas hasta sus caderas desnudas.
—Entra aquí.
Voy corriendo rápidamente hacia el interruptor de la luz y lo apago antes de sumergirme en la cama. Los brazos de Pedro me circundan, inmediatamente me arrastro hacia él y mi pecho palpita.
Me gusta esto.
Me gusta la forma en que estamos conectados. Cuando estábamos peleados y acostados en la cama, ignorándonos el uno al otro, me sentía vacía y nunca quiero sentirme así de nuevo. Con Ramiro, me quedaba dormida sola y enojada más veces de las que puedo contar... eso no es una relación. Lo que teníamos era una rutina incómoda de la que no podíamos sacudirnos y voy a estar condenada si dejo que otra relación se vaya por ese camino. Cuando estoy en la cama con Pedro, quiero tocarlo, sentir su piel contra la mía. Quiero sentir amor, tan abrumada que me agote y me quede dormida en sus brazos. Eso es una relación. Eso es amor.
Pedro entierra su cara en mi cabello húmedo y me besa.
—Te amo —susurra y hace que mi corazón tartamudee.
Tan tonto como suena, olvido que él me ama. Es difícil de creer que alguien que camina alrededor atrayendo tanto la atención con su sutil engreimiento, músculos duros, y tatuajes, alguna vez dejaría que alguien como yo lo pusiera de rodillas, y no nos engañemos, yo lo hago ponerse de rodillas. Lo pongo de rodillas, con fuerza.
Me muevo hacia atrás, presionando mi cuerpo con más fuerza contra el suyo.
—Yo también te amo.
En el silencio que sigue, pienso en nuestro viaje a California. Nunca he estado en un avión antes, siempre he querido ir en uno, pero lo creas o no, yo era una trabajadora muy dedicada antes de que Pedro llegara. Nunca tomé un día libre por nada. No sé lo que pasó... Pedro caminó hacia mi vida y mi revolvió mi cableado interno. Desde entonces, no he sido la misma y estoy de acuerdo con eso. Cuando te encuentras con alguien que hace que todo tu cuerpo zumbe con sólo una curva de sus labios, no puedes escapar de esto. Te sientes atraído por esto, olvidando todo lo que se supone que te importa.Pedro se convirtió en mi sol y gravité alrededor de él, aun lo hago, y como el sol, todavía hay mucho que aprender acerca de Pedro. Ya sé que es grande y hermoso, pero también sé que es ardiente e impredecible.
En California, creo que voy a estar viendo mucho más del vehemente y negativo Pedro. Siempre está de mal humor cuando se trata de su madre, o al menos lo estaba cuando lo conocí. Siempre estaba en el gimnasio,golpeando sus frustraciones.
En California, creo que voy a estar viendo mucho más del vehemente y negativo Pedro. Siempre está de mal humor cuando se trata de su madre, o al menos lo estaba cuando lo conocí. Siempre estaba en el gimnasio,golpeando sus frustraciones.
Su madre, Julia, es una mujer muy difícil de leer. Sólo la he visto una vez y en ambas ocasiones estaba demasiado borracha, confundiéndome y frustrándome con sus violentos cambios de humor, por no mencionar el hecho de que ella me llama por el nombre de una chica diferente cada vez que la veo. Una sensación nerviosa retuerce mi estómago.
Julia va a estar molesta de que Pedro la hubiera alejado...
¿Tal vez yo pueda retirarme y visitarla? No. No puedo hacer eso. Pedro va a necesitar mi apoyo y es por eso que voy...
Julia va a estar molesta de que Pedro la hubiera alejado...
¿Tal vez yo pueda retirarme y visitarla? No. No puedo hacer eso. Pedro va a necesitar mi apoyo y es por eso que voy...
Por él.
La necesidad de dormir se desvanece y me encuentro bien despierta mucho tiempo después de que la respiración de Pedro se nivela y mi cuerpo soporta el peso de su brazo.
Su respiración es lenta y pesada, sonando totalmente en paz.
Desearía que el repentino ataque de náuseas ansiosas se fuera para así poder dormir. La última cosa que quiero es verme como una mierda visitando a la mamá de Pedro mañana. Quiero gustarle, que piense que soy digna de su hijo.
Diablos, yo incluso voy a ir tan lejos como para decir que quiero que esté orgullosa de Pedro por encontrar a una chica como yo. No soy una presumida, pero comparándome con Cassie (la chica que dormía con Pedro antes que yo), soy un premio. Claro que ella era ardiente, pero es apenas la clase de chica que puedes traerle a casa a tu mamá, no, a menos que quieras ser acusado de contratar una cita de un servicio caro de acompañantes.
Pedro suspira adormilado, sacándome de mis pensamientos, y sofoco un bostezo mientras el sueño me reclama lentamente. Me muevo hacia adelante, con la esperanza de rodar sobre mi estómago, pero la mano de Pedro lo aprieta,manteniéndome en mi sitio. Sonrío. Incluso en su sueño él tiene que tenerme cerca.
Me gustaría que me pidiera casarme con él ya. Sé que eso es lo que ha estado tratando de hacer las últimas semanas.
La única pregunta que pone a un chico nervioso. Pedro no tiene control. Dice lo que quiere, cuando quiere y me parece lindo que tenga miedo de mi respuesta. No sé por qué, seguramente él sabe que va a ser sí, ¡un millón de veces sí! Estoy impaciente. Yo quiero que sea todo mío.
La necesidad de dormir se desvanece y me encuentro bien despierta mucho tiempo después de que la respiración de Pedro se nivela y mi cuerpo soporta el peso de su brazo.
Su respiración es lenta y pesada, sonando totalmente en paz.
Desearía que el repentino ataque de náuseas ansiosas se fuera para así poder dormir. La última cosa que quiero es verme como una mierda visitando a la mamá de Pedro mañana. Quiero gustarle, que piense que soy digna de su hijo.
Diablos, yo incluso voy a ir tan lejos como para decir que quiero que esté orgullosa de Pedro por encontrar a una chica como yo. No soy una presumida, pero comparándome con Cassie (la chica que dormía con Pedro antes que yo), soy un premio. Claro que ella era ardiente, pero es apenas la clase de chica que puedes traerle a casa a tu mamá, no, a menos que quieras ser acusado de contratar una cita de un servicio caro de acompañantes.
Pedro suspira adormilado, sacándome de mis pensamientos, y sofoco un bostezo mientras el sueño me reclama lentamente. Me muevo hacia adelante, con la esperanza de rodar sobre mi estómago, pero la mano de Pedro lo aprieta,manteniéndome en mi sitio. Sonrío. Incluso en su sueño él tiene que tenerme cerca.
Me gustaría que me pidiera casarme con él ya. Sé que eso es lo que ha estado tratando de hacer las últimas semanas.
La única pregunta que pone a un chico nervioso. Pedro no tiene control. Dice lo que quiere, cuando quiere y me parece lindo que tenga miedo de mi respuesta. No sé por qué, seguramente él sabe que va a ser sí, ¡un millón de veces sí! Estoy impaciente. Yo quiero que sea todo mío.
Quiero su apellido, que lo lleven sus hijos, tú nómbralo, yo lo quiero.
Y todo lo que tiene que hacer es preguntar.
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