jueves, 12 de junio de 2014

EPILOGO




Pedro 
 
—¿Vas a estar quieto? —me regaña mamá, haciéndole un nudo a mi corbata azul y asegurándose de que esté de la manera correcta bajo mi cuello y mi chaleco.


—¿Qué quieres que haga? —me quejo—. Estoy nervioso.


Soy más que capaz de vestirme solo, pero dejé que mamá lo haga, sabiendo que la hace sentir bien el mimarme, como una verdadera madre haría.  


—Te vas a casar con el amor de tu vida. Deberías estar emocionado, no nervioso.  


Llega a mí alrededor y tira de la chaqueta del perchero. Mamá la mantiene abierta para mí y deslizo mis brazos en ella, ajustándola sobre mis hombros.  


—¿Qué, no puedo estar ambas cosas? —pregunto y ella suaviza las palmas de sus manos sobre mis hombros y rueda sus ojos. Ajusto mi chaqueta,asegurándome de que está cómodamente en mí mientras ella alcanza el boutonniere de una flor blanca y la engancha en mi solapa.


—¿Por qué tengo que llevar flores? No soy la novia.  


Desde el sofá a mi lado, Luciano se ríe.



—Te has quejado tanto esta mañana que realmente estoy cuestionando quién exactamente es la novia hoy.


Ahora es mi turno de rodar los ojos.  

—Hilarante.


—La llevas para que coincida con las de ella, y no es solo una flor, es una flor de orquídea phalaenopsis, y da la casualidad de ser la flor preferida de la madre de Paula así que ten cuidado con lo que dices sobre esto a su alrededor. Esa mujer puede ser muy… 

—Intensa —le respondo.


—Controladora —añade Luciano y ambos reímos.


—¿Estamos hablando de la madre de Paula? —pregunta Maca, entrando en la habitación y cerrando la puerta detrás de ella. 


¿Cómo sabía que estábamos hablando de la madre de Paula? Borra eso, es bueno que ella pudiera venir. No la he visto desde que le di el dinero para dejar de ser una stripper, dos meses atrás.


Nunca recibí una confirmación para la boda de su parte, ni siquiera un texto para decir felicitaciones.


—Estás viva —digo inexpresivo. 

—Sí, lo siento, como que desaparecí de la faz de la tierra por un tiempo. Ya estoy de vuelta ahora, sin embargo. No pensaste que me perdería tu boda,¿verdad?


—En realidad, lo hice. 

—No tengas miedo, hermano. —Ella se ríe, agarrando un puñado de su vestido largo, de color rosa y caminando hacia el sofá—. No me lo perdería por nada del mundo. —Se deja caer al lado de Luciano—. No todos los días se puede ser testigo de lo imposible.


Luciano se ríe y estrecho mis ojos hacia ellos. 

—Basta, ustedes dos. Este es el gran día de Pedro y debemos apoyarlo en lo que sea posible. —Mamá acaba de fijar la orquídea y da un paso hacia atrás. Su largo vestido rojo se balancea alrededor de sus pies y las lágrimas se acumulan en sus ojos mientras junta las manos sobre su pecho—. Perfecto. —Ella me sonríe—Te ves tan guapo.


—Hermoso —resopla Luciano, empujando a mi hermana—. Apenas puedo contenerme.


Los ignoro a ellos y a sus risitas. Llaman a la puerta y Damianl asoma su cabeza dentro. 

—Todos los invitados están aquí y Paula está lista. ¿Y ustedes?   


Otro ataque de nerviosismo retuerce mi estómago, pero asiento con la cabeza a pesar de ello. Él empuja la puerta abierta más ampliamente y salgo a través de ella. Me paseo con entusiasmo por un pasillo y por una puerta pequeña, entrando a la sala principal de la gran iglesia. Una vivida charla estalla por mi entrada y me siguen de cerca mamá y Maca. Ellas toman sus asientos en la primera fila y se dan la mano la una a la otra como si nunca hubieran tenido un desacuerdo en sus vidas. Es agradable de ver. Es agradable ver a mi familia con una apariencia de amor y normalidad después de la locura de la muerte de papá.


Luciano y Damian van a venir con el cortejo nupcial. Paula y yo elegimos dos personas cada uno para estar aquí con nosotros y pensamos que nos gustaría elegir a las personas que han estado con nosotros desde el principio, Vanesa, Damian y Luciano. Sé que nos deja desigual, así que hice algo reservado para nivelarlo. El color que Paula eligió para que lleven las damas de honor y los padrinos de boda es un muy buen color gris perla disuelto por un color azul marino oscuro. Así que conseguí que un sastre haga un esmoquin del mismo material que el vestido de dama de honor de Vanesa. Y entonces me puse en contacto con el hermano de Paula, Agustin. Sorprendentemente, estaba más que feliz de ser una de las damas de honor de Paula. Ella no sabe lo que hice y por lo que a ella concierne, su hermano está demasiado ocupado como para volver a casa para nuestra boda. No puedo esperar a ver su cara y espero que Vanesa capte todo en cámara como le pedí.


Un segundo después, el piano comienza a tocar, cortando mis pensamientos.


La boda está comenzando... mi boda está comenzando. Mis palmas se vuelven resbaladizas por el sudor y froto mis dedos contra ellas, mis ojos nunca dejando las puertas abiertas en la parte trasera de la sala. Vanesa se acerca a la puerta con su hermoso vestido y espera que tanto Damian y como Luciano tomen sus codos.


Sonrío, sabiendo muy bien que mi plan ha funcionado. 


Agustin está aquí y va a llevar a su hermana por el pasillo porque Ricardo no está aquí para hacerlo. Y ella que estaba pensando que iba a tener que caminar sola. Si Agustin no podía hacerlo,yo malditamente iba a acompañarla y entregarla a mí mismo por mi cuenta. 

Sonrío de nuevo en mi propia ridiculez. Solo quiero hacerla feliz.


Dos niñas en abultados vestidos blancos salen de la puerta, mientras Vanesa,Luciano y Damian llegan al altar y se unen a mí en la parte superior de las escaleras.


Las niñas adorables (hijas del primo de Paula) llenan el pasillo con hermosas flores blancas, grises y azules. Las veo solo por un par de segundos antes de que mis ojos revoloteen de nuevo a las puertas dobles. Ella es la siguiente. Ya viene.


No sé cómo sucedió esto. No sé cómo llegué a ser el que está en el altar,esperando a la chica de mis sueños... todo lo que sé es que ella me quiere. Ella me va a querer para siempre.Paula me hace feliz de estar vivo, como que puedo hacer cualquier cosa. Las emociones brotan en mi garganta y trago duro y sacudo mis hombros para librarme de ellas.


—Tranquilo, muchacho grande. —Luciano se ríe entre dientes—. Ella va a venir. 

Entonces, veo la fina tela blanca sobre el borde de la puerta y un segundo más tarde, ahí está. Mi novia.


Dejo de respirar cuando el aire escapa de mis pulmones en la visión de ella en ese hermoso y apretado vestido blanco. 


Se adhiere a las curvas de su cuerpo,antes de llamear en la parte inferior, dejando un largo rastro de tela detrás de ella.

Mi mirada se prolonga hasta el resto de su cuerpo y en su rostro, que está oculto por un velo blanco y fino. En su brazo, su hermano orgulloso está de pie con el rostro severo y sus ojos verdes fijos en el altar delante de él. Oigo sollozos y exclamaciones y murmullos bajos que provienen de nuestros familiares, pero no me atrevo a dejar que mis ojos vacilen de la perfección paseando hacia mí. Ahora
todo lo que quiero es verle la cara. Quiero ver sus emociones, ver si está tan emocionada como yo.

Una pequeña eternidad después, está delante de mí con su hermano, un perro de protección a su lado.


—Es tuya ahora —me dice Agustin—. Pero yo siempre voy a estar mirando por encima de mi hombro. Trátala bien, como una princesa.


Niego con la cabeza. No como una princesa.  


—Como una reina.

Los labios de Agustin tiran en una amplia sonrisa y pone su mano en la mía. Él da a Paula un beso en la mejilla y luego se baja para estar detrás de Vanesa,poniéndose a un lado del cortejo nupcial. Paula aprieta mi mano con fuerza, con entusiasmo, entrelazando sus cálidos dedos sudorosos con los míos. El sacerdote comienza a hablar y siento que Paula se vuelve un poco inquieta a mi lado.


Cuando me asomo, la oigo susurrar “a la mierda” en voz baja y retira el velo sobre su cabeza y se lanza hacia mí, aplastando su boca con la mía. Los invitados animan y aplauden, aullando y gritando y riéndose de la repentina urgencia de Paula por besarme. Detrás de mí, oigo a Damian y Luciano y gemir y susurrar “Jesucristo” bajo sus respiraciones. No tengo mucho tiempo para registrar el beso,todavía estoy atrapado en la visión repentina de su hermoso rostro. Cuando mi cuerpo comienza a reaccionar a su boca, envuelvo mis brazos alrededor de su cintura y tiro de ella con más fuerza hacia mí.


Cuando ella se aleja, susurra:
—Muchas gracias, has hecho mi día. 

Tiene los ojos húmedos de lágrimas y su voz parece inestable. Sonrío hacia ella y pongo el velo de vuelta sobre su rostro. 

 
—No hay de qué. Ahora vamos a casarnos ya.


Ella se ríe hacia mí, se encuentra de nuevo en su lugar y se disculpa con el reverendo.


El reverendo se aclara la garganta.

  
—Vamos a intentarlo de nuevo. Como Paula y Pedro toman sus votos hoy,tenemos el privilegio de presenciar el amor gozoso de una nueva familia, una familia que se nutre y se nutre a través de la devoción de dos individuos separados que crecen juntos a través de los lazos comunes de amor. Que su matrimonio les traiga la paz, alegría, comodidad y bienestar que se conoce en los corazones de los hijos de Dios.


Me desconcentro de sus palabras y miró a Paula. A través de la fina tela,puedo distinguir sus labios mientras ella sonríe ampliamente al reverendo. Su felicidad está vertiendo de ella en oleadas, solo superada por la mía. 

—El amar realmente a otra persona es estar dispuesto a aceptar tanto sus puntos fuertes como sus puntos débiles, con medidas iguales de comprensión y respeto.


La ceremonia en sí es tradicional y no muy larga en absoluto. Recitamos después del reverendo donde prometemos e intercambiamos anillos. Nunca he llevado un anillo antes, pero la banda de oro que ahora adorna mi dedo no se siente fuera de lugar o ajeno en absoluto. Se siente bien, como si fuera una parte de mi piel.


—Pedro, ¿aceptas a Paula para ser tu legítima esposa, tu pareja en la vida y tu único y verdadero amor? ¿Aprecias su amistad y prometes amarla hoy, mañana y para siempre? ¿Prometes confortarla, honrarla y mantenerla en la salud y en la enfermedad, permaneciendo fiel a ella, siempre y cuando la muerte no los separe? 

No tengo que pensar. Él solo me hizo la pregunta más fácil que he oído en mi vida.  


—Sí, acepto.


Paula, ¿aceptas a este hombre para ser su legítimo esposo? ¿Prometes amarlo, confortarlo, honrarlo y mantenerlo en la enfermedad y en la salud, permaneciendo fiel a él, siempre y cuando la muerte no los separe?  

—Sí, acepto.  

—Entonces, por el poder investido en mí, los declaro marido y mujer.


Puedes besar a la novia. 

Extiendo mi mano y levanto el velo de la cara de Paula, exponiendo el único rizo de cabello oscuro que se apoya contra su pecho. Tiro de ella hacia mí y la beso con todo lo que tengo. Vierto todo mi amor, mi emoción y nerviosismo en el beso, y siento que el aire deja mis pulmones. Todo en mi vida me ha llevado a este momento... el momento en que yo reclamo mi único y verdadero amor como mi esposa delante de todos nuestros amigos y familiares.  

Y no cambiaría nada.


* * *
 
La recepción fue una falta de definición salvaje de flashes de cámaras,música, baile y comida. Los músculos de mi cara duelen más que todo mi cuerpo después de una pelea, simplemente por sonreír.


Podría escribir una novela de quinientas páginas sobre esta noche. Podría escribir sobre los votos intercambiamos, la conversación que tuvimos o los bailes que compartimos en gran detalle, pero para mí, esas cosas no me importan tanto como el ser unidos en matrimonio para siempre lo hizo. 

Conduzco lejos de la recepción en el Emerald Cliff Restaurant and Marina, y me dirijo hacia el resort que reservé para nosotros en The Captain Lord Mansion.


Estoy aliviado de que todo haya acabado, antes de irnos, nuestros parientes estaban empezando a sentir los efectos del alcohol y las historias incómodas de infancia poco a poco se empezaron a desplegar.Agustin, Maca, Luciano, Vanesa y Damian se apiñaban alrededor de una mesa, compartiendo historias y riendo como siempre lo han hecho, y mi mamá, estaba felizmente sentada con la madre de
Paula, ninguna de las dos tocando la bebida gratis. Hoy por la mañana y esta noche fueron perfectas, por decir lo menos, pero ahora por fin estamos solos de nuevo. He querido estar a solas con Paula desde que la vi en la iglesia de San Pablo y lo único que puedo pensar es hacer esta noche memorable para ella. No sé cómo... No sé qué más puedo hacer por ella. Ya la he tomado en una ducha y la até a las jaulas. He lamido entre sus muslos mientras ella dormía y he perdido mis dedos dentro de ella hasta que se fundió a mi alrededor un millón de veces. ¿Qué más puedo traer a la mesa? ¿Qué más puedo hacer para que esta noche sea memorable?


Nos detenemos fuera del The Captain Lord Mansion y Paula se desliza del coche con un bostezo. 

 
—Deja las bolsas —le digo mientras salgo del coche y ella busca hacia atrás para alcanzar el mango—. Voy por ellas por la mañana. 

Nuestros dedos se atan juntos mientras ella me da el encuentro alrededor de mi lado del coche. Me dirijo escaleras arriba y a través de las puertas dobles de la mansión. Ella se maravilla de la disposición y todas las decoraciones, pero sus ojos no se detienen en ellos. Estoy demasiado cansado como para que realmente me importe si el lugar es bonito o un basurero. Ella prácticamente salta a mi lado mientras la acompaño a nuestra habitación. En el interior, pongo mis ojos sobre la cama, con ganas de acostarme y descansar los ojos. 

—¿Puedes preparar un baño? —Paula sonríe—. Creo que lo necesitamos para descansar un poco antes de dormir.


—Cualquier cosa por ti, mi mujer. —Mi pecho se aprieta en la palabra y Paula me sonríe.  

Saco mi chaqueta y me deshago mi chaleco y mi corbata, tirándolos sobre la cama, sin importare si se arrugan. 


Camino por el amplio dormitorio y dentro del elegante y amplio baño. Apenas me maravillo por los arreglos ya que dejo correr el agua caliente y burbujeante del agrado de Paula. Al pensar en su nombre, ella se pasea con una botella de vino y dos copas en la mano. Se vuelve y me mira por encima del hombro. Me levanto y desabrocho su cremallera, recorriéndolo hacia abajo por espalda y sobre la curva de su culo.  

—¿Quieres beber ahora? —pregunto, bajando mi boca a su cuello y plantando un suave beso. Bajo mis labios, se le pone la piel de gallina ligeramente.


Me alejo y ella sonríe con malicia hacia mí. 

—Por supuesto.  

—Ya sabes cómo me pongo... —La última cosa que quiero hacer es follarla demasiado rudo en nuestra noche de bodas. ¿No es la intención de ser un apasionado y amoroso?


Le desabrocho el sujetador y lo arrojo a un lado.  

—He oído hablar de cómo te pones, pero no lo he visto todavía.


Sus palabras despiertan mi polla en los pantalones y miro sus regordetes labios rojos mientras las próximas dos palabras salen de su boca. Muéstrame

—¿No quieres que sea bondadoso y amoroso? —pregunto, curvando los dedos alrededor de su ropa interior de encaje blanco y empujándolos hacia abajo por sus muslos. Cuando llegan a un cierto punto, caen sin mi ayuda y ella sale de ellas. Está completamente desnuda ahora y veo, no, admiro como pone un pie después del otro en el baño y se hunde a sí misma hacia abajo. Miro la piel lechosa de sus muslos a su vez en un tono claro de color rosa, inmerso en el agua caliente. El agua es apenas suficiente profunda para cubrir sus muslos y me encanta la visión delante de mí mientras solitarias burbujas cubren la mitad de su pezón.

—Bueno... —Sonríe, vertiendo el vino en una copa—. Me puedes amar con un puñado de mi cabello.


Santa. Mierda. Ella lo quiere duro, duro y rápido. Quiere que la domine por completo, tomándola en todas las superficies de esta habitación. Lo que mi nena quiere, lo recibe. 

Ella coloca la copa llena en el borde de la bañera y me mira. 

 
—¿Vas a venir o vas a seguir follándome con los ojos en vez de realmente follar conmigo? 

Me desabrocho el cinturón casi agresivamente, sin creer las palabras que salen de su boca. Me libero de mi ropa y entro en la tina. Me entrega una copa de vino y tiro de ella para tomar tres grandes tragos. Joder, odio vino. Dejo caer la copa sobre el borde y en la alfombra de baño antes de inclinarme hacia adelante,agarrando las piernas de Paula y tirando de ella hacia mí. No necesito alcohol para darle lo que ella quiere. Paula sale de mi alcance y chista. 

 
—Tenemos toda la noche para hacer eso. —Sonríe diabólicamente. Voltea su cuerpo alrededor y se arrastra hacia mí—Hay algo que quiero hacer para ti, en primer lugar.


Ella pasa su lengua por sus labios inferiores antes de inclinarse a la derecha y besar mi cuello y luego mi pecho. 


La palma de su mano se aplana contra mi pecho y mi corazón late más rápidamente en su mano mientras me empuja un poco hacia atrás. La miro, asombrado de cómo mi cuerpo hace lo que ella le dice que sin dudarlo y es en este momento como me doy cuenta, Paula no es mía... yo soy suyo.


Humedezco rápidamente mis labios y una bocanada de aire deja mis pulmones mientras sus ojos quedan fijos en los míos y ella baja su boca a mi polla.  

Sus labios húmedos se envuelven alrededor de la cabeza, cubriéndola de saliva y un gutural gemido sale de mí mientras mi cabeza cae hacia atrás contra las baldosas. 


Placer irradia desde mi centro, latiendo en olas que lo consumen todo cada vez que ella pasa su lengua por la punta, y cuando me lleva todo el camino hasta la parte posterior de la garganta, me estremezco y sonrío, dándome cuenta de que estoy por completo, irreversible y felizmente perdido en mi esposa.
 










Continuará en…


un tercer libro que todavía no sale.
aca un adelanto de lo que se viene.



Esto es todo.

 
Mi venganza.  


Puedo saborearla en mi lengua, es dulce y es adictiva.  


He trabajado muy duro como para conformarme con el 
segundo mejor y voy a llegar a la cima.
 
Pedro Alfonso está de vuelta y entrenando más duro que 
nunca para redimir su derrota ante Dom Russell. 


La ansiedad es alta, pero hay más en juego mientras el
fundador de la MMAC, Matt Somers, obliga a Pedro y Dom aentrenar bajo el mismo techo.


Aunque Matt Somers cree que es solo una buena diversión el provocar a los dos por la publicidad, no se da cuenta lo realmente seria que es la situación. 

 
Con Paula a su lado, Pedro Alfonso se empuja más a sus límites y lucha por mantener a su oponente, Dom Russell, fuera de su cabeza mientras que pelean una última vez.


3 comentarios:

  1. Muy Buena La Nove Espero Con Ansias La Proxima Parte!

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  2. Wow me encanta!!! Esperando ansiosa la siguiente parte!!!

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  3. Q Final Feliz! ;) Muy linda nove! Ojalá pronto podamos leer el tercer libro! Lo espero!

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