Mis dedos caen de su espalda antes de enterrarse en su cabello. Aprieto mis manos y ella jadea por el dolor mientras tiro su cabeza hacia atrás y ruedo mi cuerpo por encima suyo, asegurándome de que me sienta en todas partes. La aprieto con fuerza contra el colchón, uno de mis muslos descansando firmemente entre sus piernas y contra su dulce y cálido lugar. Mi boca se demora a menos de una pulgada de la suya y su respiración golpea mi cara de una manera rápida,ansiosa.
—¿Crees que tus labios me pueden ayudar? —pregunto.
Hace pucheros, sus labios como malvaviscos rizándose.
—Sé que pueden.
Aplasto mis labios en los suyos y su boca se abre de buen grado por debajo de la mía. Tan pronto como su lengua se desliza contra la mía y envuelve sus manos alrededor de mi cuello, me he perdido. Voy a la deriva de mi intención original... que estoy seguro de que era para demostrarle que estaba equivocada.
Sin embargo, aquí estoy, completamente cautivado por su sabor y la sensación.
Quizá tenga razón. No debería alejarla cuando estoy enojado. Debería tirar de ella más cerca y dejar que me calme.
Trazo la curva de su pequeño cuerpo suave con la mano antes de agarrar su muslo y engancharlo por encima de mi cadera. Olvido el hecho de que estaba escondiendo mi erección de ella y me presiono descaradamente, haciéndole saber exactamente lo mucho que la deseo.
—Fácil... —Paula se ríe contra mi boca, presionando sus manos firmemente contra mi pecho. Rastrillo mis dientes sobre su labio inferior y lo libero—Tenemos una cena a la que ir esta noche y dormir es una opción más viable que
el sexo.
Tiene razón. Ya es mañana y estoy más allá de cansado... Quiero dormir,pero a ella la quiero más.
—Puedo asegurarte que vamos a terminar esto mañana por la noche. —Dejo caer mi boca a su cuello, lamiendo sus carnes y obteniendo un medio gemido medio risita de su parte.
Se empuja contra mí, obligándome a alejarme de su cuerpo. Paula se ríe una vez en voz baja.
—Te estoy diciendo que te bajes y vayas a dormir, no preguntándotelo.
Empujo de vuelta. Soy incapaz de ver su rostro en la oscuridad, pero estoy seguro de que escucho su sonrisa. Pequeña descarada. Ruedo lejos de ella y sobre mi espalda. Al instante, se derrite contra mi costado, pasando un brazo por encima de mi cintura. La atraigo más cerca, pero todavía se siente como si estuviera muy lejos.
—¿Cómo está el sabor de tu propia medicina? —Ella se ríe, terminando con un rápido bostezo soñoliento.
—Amargo, como esa mierda sabor cereza con la que eras alimentado a la fuerza cuando eras un niño.
Ella se ríe y vibra en mi caja torácica, también haciéndome sonreír. Paula tiene la más divertida, más linda, más extraña risa que he oído nunca. Está a medio camino entre una risa y una carcajada real, y la mayoría de las veces, parece un poco nerviosa. Me encanta y el sonido es adictivo.
Pronto, la habitación queda en silencio y siento que su brazo se vuelve más pesado mientras cae profundamente en su sueño. Mis ojos están pesados mientras la sigo rápidamente.
Esta noche, vamos a asistir a una cena formal en el salón de actos. No tiene ningún fin que no sea dar la mano y conocer a otros luchadores, pero estoy emocionado (y un poco nervioso) por la bienvenida oficial en la comunidad profesional. La cena de esta noche no se trata solo de mí, tampoco. Se trata de Damian y Luciano.
Después de esta noche, van a ser reconocidos formalmente como legítimos entrenadores y miembros del equipo de la MMAC, algo que sé que ambos han estado esperando. Se lo merecen.
La pesada respiración de Paula se filtra a través de mis oídos y erradica mis pensamientos. Me adormece y me desplazo más cerca de ella, absorbiendo el calor de su piel suave.
Nunca ignoraré a Paula de nuevo. Voy a hacer mi mejor esfuerzo para compartir mis emociones con ella, me digo a mí mismo antes de caer sobre el borde del sueño. Ya le he dicho que la amo, ¿cuán difícil puede ser el resto?
Buenisimo,me encanta!!!
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