Lanzo mi camiseta por encima de mi hombro y me agacho, recogiendo a Paula en mis brazos. Ella apenas pesa lo mismo que un trapo. No hay manera de que se despierte, bebió mucho esta noche ¿y a qué estaba jugando Luciano?
Él nunca,nunca, dejaba que nada se metiera conmigo antes, nunca. Está acostumbrado a la gente que presiona para obtener información sobre mi vida personal y nunca ha dejado escapar nada, ni una vez, pero la única vez que necesitaba que mantuviera la boca cerrada, habla.
¿Y si lo arruinó todo para mí y Pau? Paula no es el tipo de chica normal. Ella es confusa. Es una gran bolsa de emociones y trucos. Cualquier cosa que diga o haga puede provocar una reacción diferente cada vez. Esta vez, estuvo bien con eso, lo cual fue cien por ciento inesperado teniendo en cuenta su reacción a la chica en el restaurante. Si se hubiera decidido a dar la vuelta e irse, no sé qué hubiera hecho. Pero ella se encogió de hombros como si no fuera gran cosa y no sé si debo sentirme mal o aliviado.
Sé que Vanesa ve a Paula como débil porque ella se inclina a mi favor con cada comando, pero eso no es debilidad.
Paula es cualquier cosa menos débil. Claro, ella se quedó con su idiota ex por una cantidad ridícula de tiempo después de que él la engañó en varias ocasiones, pero eso no es debilidad,tampoco. Eso es malditamente fuerte. Yo no podría mirar constantemente el rostro de alguien que me traicionó.
No es su culpa. Paula es una romántica. Ella ve el amor en todo el mundo y lo enciende en los que se molestan en conocerla. Piensa que la gente puede cambiar, incluso si le muestran un millón de veces que no lo harán. Creo que por eso ella puede ser tan frívola a veces. No sabe con qué enojarse y qué debe dejar pasar.
Ramiro ha hecho un muy buen trabajo en formarla para desviar sus emociones en cosas al azar. Cosas que deberían molestarla no lo hacen y cosas que no importan la asustan. Es como si sus emociones fueran de nada a mucho y ella no supiera cómo expresarlas. Trata desesperadamente de darle a cada uno todo lo que necesita, por lo que no se da cuenta cuando las personas la están ayudando y cuándo las personas están atacándola.
Suspiro, sumerjo mis labios hacia la cabeza húmeda de Paula y la beso. Con suerte, siempre estaré por aquí para ayudarla. Tanto por un momento perfecto en Las Vegas para borrar todas sus dudas de casarse conmigo. Es apenas el primer día y ya he hecho un gran lío.
La aprieto con más fuerza contra mi pecho y miro hacia su rostro. No quiero que el mañana venga porque tengo miedo de mirarla a la cara cuando se despierte. ¿Qué pasa si he dejado pasar demasiado tiempo y el daño ya está hecho?
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