Los siguientes veinte minutos se llenan de sórdidos comentarios,lamentables líneas de levante y en ocasiones su mano roza mi muslo.
Cuando se excusa para ir al baño, saco mi teléfono de mi bolsa. Mis dedos tocan la pantalla rápidamente mientras compilo mi mensaje de texto.
PARA: PEDRO. HORA: 7:00 PM
¡Voy a matarte! ¡Este tipo es escalofriante! No puedo esperar a que la cena termine. ¡Voy patearte el trasero!
Tengo una respuesta casi de inmediato.
DE: PEDRO. HORA: 7:01 PM
¿Dónde estás?
Mis cejas se juntan y respondo.
PARA:PEDRO. HORA: 7:01PM
¿Estás drogada? Estoy con Jose... TU cita en Phillip’s Gourmet.
Tecleo enviar y leo de nuevo los mensajes. Es extraño, incluso para ella.
Mi estómago se hunde a mis zapatos y mi mano vuela hasta taparme la boca.
―Oh, no. ―No, no, no, no… Pedro está directamente sobre el de Vanesa en mi lista de contactos y debo haber hecho clic en su nombre sin darme cuenta.
Siento ganas de vomitar. Una súbita sensación de calientes lágrimas nerviosas atraviesa mi cuerpo cuando mi teléfono vibra y veo el nombre de Pedro.
DE: PEDRO. HORA: 7:03 PM
Estoy en camino.
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