Mi teléfono vibra en mi bolsillo mientras Damian maneja de regreso al hotel.
Vanesa y Luciano se sientan en la parte de atrás, pero se están ignorando el uno al otro, todo el mundo está ignorando al otro. No me importa eso. El silencio me da tiempo para ordenar mis pensamientos y saber exactamente qué le voy a decir a Paula. Con una exhalación fuerte, agarro el teléfono. No me molesto en mirar la pantalla cuando la traigo a mi oído.
―¿Hola?
―Ah, Pedro. No puedo decir que estaba esperando que contestaras mi llamada ―contesta la voz de Matt Somers fuerte en mi oído―. Todo un lío que me dejaste para limpiar hoy. Me ha costado un montón de dinero.
―Eso era lo que querías.
―Lo que quería era un despliegue de plumas, tal vez un poco de fuerza bruta. No un motín de los mil demonios.
Un tenso silencio llena el auricular y luego ríe entre dientes.
―Debería estar enojado contigo. Quiero exigirte que el pago por los daños y perjuicios salga de tu bolsillo y que hagas frente a los procedimientos legales… pero, no lo haré. Tu truco vendió un extra de tres mil asientos.
Frunzo el ceño.
―¿Lo hizo?
―Oh sí. Tomar dos chicas de Dom fue brillante. Se ha vuelto loco, publicó por todas las redes sociales que quiere destruirte. Incluso hará una entrevista para un periódico local. Las personas están zumbando y eso es exactamente lo que queremos.
Matt está contando esto como una victoria… así que, ¿por qué me siento como una mierda?
―Correcto.
―Estamos a nuestro margen, así, que no hay más presión de disturbios públicos. No quiero que me cueste más dinero.
Me relajo con sus palabras dejando que mi cabeza caiga atrás contra el reposacabezas.
―Todo bien.
―Y bueno, tal vez Paula y mi esposa puedan reunirse en algún momento y compartir consejos. Mi esposa pierde toda su mierda cuando me atrapa con otras chicas. ―Me da una risa siniestra y se despide al colgar. Bajo el teléfono,apoyándolo contra mi muslo. Ahora que acabó… estoy empezando arrepentirme.
―No está enojado ―le digo a Damian, aunque no vuelve sus ojos en mi dirección―. Y me dijo que no tengo que hacer otra aparición en público con Dom.
―Bueno. Ahora solo queda sentir lástima por…
―No sientas lástima por mí ―lo interrumpo bruscamente.
―No siento lástima por ti. ―El asiente en mi dirección, sus ojos oscuros estrechados―. Un hombre podría poner un cuchillo afilado contra mi garganta y amenazarme con cortarme el cuello y todavía no traicionaría a mi esposa. Es de Paula por quien siento lástima. Ella tiene que ser vista en público contigo después de haber sido visto con una mujer al azar y su mejor amiga. ―Vuelve a ver la carretera―. Pensé que te había enseñado mejor que esto.
―No es eso, Damian.
―¿No lo es?
―No, no lo es ―le gruño―. Paula lo entenderá.
Asiente lentamente.
―Eso es lo que temo.
Todo mi cuerpo se tensa y aprieto los puños.
―¿Qué demonios se supone que significa eso?
―Ella va a perdonarte, ya sabes eso. Paula no conoce nada mejor… y eso me molesta porque merece algo mejor. Merece algo mejor que Ramiro… y se ha quedado atascada contigo. Después de que se lo digas, y se lo vas a decir, pasarás el resto de tu vida compensándoselo… o alguien más lo hará.
Giro la cabeza hacia la ventana. No quiero hablar de esto con él. Tiene un talento único para hacer que me sienta peor de lo que ya lo hago. Siempre he sabido que Paula merece algo mejor que yo y que me lo digan cada maldito día…
Y ahora que le he dado una razón para que ella se lo diga así misma también. Va a mirarme y verme como un monstruo que antepuso su carrera antes que a ella, que puso sus labios en su mejor amiga.
Me siento enfermo.
Me siento como una mierda barata.
*****
Suavemente, toco con mis dedos la puerta de nuestra habitación. No estoy dispuesto a resignarme a pasar la tarjeta de acceso. Una vez que abra la puerta, mi vida va a cambiar, nuestra relación va a cambiar, independientemente si le digo a Paula lo que pasó hoy o no.
―¿Vas a abrir la puerta? ―pregunta Vanesa, su voz llena de actitud.
Echo un vistazo por encima de mi hombro. Luciano no dijo ni una palabra a ninguno de nosotros a medida que entramos en el hotel. Él y Damian se separaron, dejándonos a Vanesa y a mí para manejar a Paula. Ambos están enojados con nosotros… tal vez no debería haber besado a Vanesa por segunda vez.
―Dame un minuto.
La voz de Vanesa tiene un tono cauteloso.
―No vas a decirle, ¿cierto?
Aprieto los ojos, me pellizco el puente de la nariz.
―Tengo que hacerlo.
―Pedro…
―¡Ella es mi esposa! ―digo tan tranquilo como puedo―. No puedo guardarle secretos… y no lo haré. El beso no significó nada,lo hicimos por Matt, ¿cierto?
Ella asiente con seguridad.
―Correcto, pero Paula no va a verlo de esa manera. Confía en mí, Pedro la conozco mejor que nadie. Va explotar, como una granada.
Cuando la gente me dice este tipo de cosas, me pregunto si la conocen del todo. Paula no va a explotar, ella hablará. Querrá saber cada pensamiento y sentimiento detrás de cada decisión. Voy a hacerle daño y probablemente voy hacerla llorar, pero no voy a perderla. Sé que entenderá.
Tiene que entender.
―Es posible que la conozcas mejor que a Damian o Luciano, pero no la conoces mejor que yo, y si estás tan motivada para mantenerla ajena de algo así, tal vez deberías renunciar a tu título de mejor amiga.
Sopla un suspiro ofendido de aire.
―Puedes hacerle frente por tu cuenta entonces. Voy a ver a Luciano. ―Se da la vuelta sobre sus talones, enviando sus rizos por todas partes―. No me vengas llorando si ella explota en tu rostro.
Elijo hacer caso omiso de su salida dramática, así que utilizo mi tarjeta de acceso y entro en la habitación. Está muerta de tranquilidad y un pánico culpable sube por mi garganta. ¿Ya lo sabe? Cierro la puerta, trato de escuchar cualquier sonido procedente de Paula. Nada. Me asomo en cada esquina y observo cada objeto antes de finalmente llegar a las escaleras que conducen a nuestra habitación. Paso a paso avanzo hasta llegar a la cima.
―¿Pedro? ―grita Paula desde el cuarto del baño―. ¿Eres tú?
Su voz se estrella contra mí y me detengo. Me paso una mano por el rostro, inhalando profundamente y expulsando tranquilamente.
―¿Si?
―Yo, uh, te estaba esperando…
Doy un paso más cerca al cuarto de baño y cada zapatazo se siente como si estuviera llenándose con arena mojada.
―Pensé que podríamos hacer esto juntos… Si quieres.
De repente la habitación en la que estoy de pie me vuelve claustrofóbico. No se siente como mi lugar. Siento que mi pulso está machacando los principales puntos de mi cuerpo; cuello, muñecas, pecho, tobillos, y mi caja torácica abrazada abajo de mis pulmones. Corro la palma de mis manos en mis jeans para reducir algo de sudor, pero sigue viniendo.
―¿Pedro? ―Ella se asoma alrededor de la puerta del baño y la vista de sus brillantes ojos verdes, me siguen. ¿Han sido siempre tan brillantes? ¿Tan hermosos?
Mi pulso se desacelera a la normalidad y lo siento solo mi pecho. Su cabello es una maraña, sus mejillas son rosadas y nerviosas y sus labios de un hinchado rojo. He estado haciendo mierda estúpida y egoísta y ella ha estado aquí todo el tiempo preocupándose por nosotros, pensando en nosotros. Me trago mi ansiedad… porque me necesita.
Necesita mi apoyo. Y camino más cerca y la arena se filtra en mis zapatos con cada paso que doy, camino más y más hasta que ella está en mis brazos. Sus pequeñas piernas se envuelven alrededor de mi cuerpo, apretándome a ella tan duro como puede.
―¿Vamos a estar bien? ―susurra, sus dedos clavándose en mí.
―Lo prometo. ―No vacilo con mi respuesta… tal vez si lo digo lo suficientemente rápido se hará realidad.
Paula inhala temblorosamente y me libera. Al deslizar sus ojos, se da la vuelta. Entramos en el cuarto del baño, un cuarto de baño que de repente me parece demasiado pequeño para contener tanto. Me apoyo en el lavado mientras camina de un lado a otro nerviosa. Ella golpea la prueba con la palma de su mano, una y otra vez con algún ritmo irregular. No me apresuro a ella. En su lugar, la veo… solo esperando a que ella decida, cuando la hará y con la secreta esperanza que no la haga.
―Está bien ―murmura en voz baja―. Es ahora o nunca.
Nerviosa, palmea el palito blanco contra su mano una y otra vez antes de dejar caer su mano a los botones de sus jeans.
Los abre y los arrastra hasta sus piernas antes de bajarse a sí misma rápidamente en el inodoro. Mi pulso tartamudea cuando ella mira tímidamente hacia atrás con sus largas pestañas oscuras.
―¿Puedes ver a otro lado?
―¿Yo? ―digo, fingiendo un insulto―. No es nada que no haya visto antes.
―¿Has visto a una chica hacer pis en un palo?
Me encojo de hombros, dándole una sonrisa perezosa.
―He visto cosas peores.
―Ew. ―Paula se encoge con una risita―. ¿Supongo que te encontré haciendo una de esas, huh?
Asiento, riendo.
―Supongo que algo así.
Ella tira de la tapa del palito, revelando una pequeña pestaña blanca.
Rápidamente la desliza de entre sus piernas. Ocultándolo a la vista.
―Bien, puedes ver pero no escuchar.
―Estoy de pie a menos de dos metros de distancia. Como se supone…―Hago una pausa y me pego los dedos a los oídos―. ¿Mejor?
Sus gruesos y pequeños labios de curvan en una inocente sonrisa y sus labios se mueven, pero no oigo nada de lo que está diciendo. Deja caer los ojos al suelo y examina las baldosas. Hago lo mismo. Treinta segundos apenas pasan y se desplaza del inodoro. Tirando de toda mi atención. Ella alza el palito y mi respiración se congela mientras ella lo mira. Sus ojos no fallan o traicionan cualquier cosa que dice.
Se levanta y pone todo en su lugar. Aparto la mirada, dándole su privacidad mientras termina lo que está haciendo. Cuando está sobre sus pies con sus jeans y todo abotonado, saco mis dedos de mis oídos y cruzo los brazos con fuerza sobre mi pecho. El rostro de Paula es neutral, como si yo fuera un fantasma que ni siquiera puede ver.
Cruza el cuarto de baño y coloca palito en el mostrador, así que no puedo mirarlo. Crece mi ansiedad… mastico el interior de mi labio y bajo la mirada hacia el palito… ¿Qué dice?
Ella se da la vuelta hacia mí, pero evita mi rostro.
―Una barra significa no ―susurra―. Dos significan…
Un globo invisible en mi pecho se desinfla mientras cae contra el mostrador, sus manos vuelan a su rostro mientras llora sobre sus palmas. Soy incapaz de moverme… completamente congelado por lo que estoy viendo. Alcanzo el palito y le doy vuelta.
Mierda.
Supongo que dos significa sí…
wow buenisimo, seguí subiendo! !!
ResponderEliminarWowwwwwwwwwwww, qué intensos los 2 caps!!!!!!!!!! Espectaculares. Pero me parece que se le viene una tormenta a Pedro. Para mi que Paula se va a enojar.
ResponderEliminarWOW q caps!!! Sabía q Pau estaba embarazada! Cmo s lo tomara pedro?, para mi q Pau s ba a.enojar mucho x.lo q hizo pedro.. espero los prox caps ansiosaa, jaja bsoo @GraciasxTodoPYP
ResponderEliminarUyyyy Paula se va a enojar mucho y no se si lo deja mm mm q onda Luciano?
ResponderEliminarMuy buenos capítulos! q estupides la q hizo Pedro??? Encima Pau embarazada, no se lo va a perdonar! Damián tiene toda la razón!
ResponderEliminar