martes, 28 de octubre de 2014
CAPITULO 237
Me disparo en la cama, jadeando como si hubiera corrido una milla.
―¿Pedro? ―Oigo su voz ronca y cansada, siento sus manos cálidas y suaves sobre mi cuerpo. Dejo caer mi cabeza mientras su suave piel viaja a mi pecho y en mi columna simultáneamente. Cierro los ojos y dejo que me traiga de vuelta a la realidad. No estoy en una arena peleando con Dom. Estoy en la cama con mi esposa, con mi buena esposa... mi maldita buena esposa.
Vuelvo a caer en la cama y levanto un brazo hacia Paula.
Ella se arrima a la derecha de mi pecho y pongo mi brazo alrededor de sus hombros, tirando de ella lo más cerca que puedo.
―¿Tuviste ese sueño otra vez? ―pregunta mientras sus dedos se deslizan hasta el centro de mi estómago, arrastrándose sobre mis músculos y sumergiéndose en las rugosidades entre ellos. Se siente bien. Fluye una energía calmante de las puntas de sus dedos y la palma de su mano, calmando mi acelerado corazón.
―Sí.
Ella se desliza más cerca, presionando su cuerpo firme y sedoso con más fuerza contra mí.
―Ya se acabó ―dice―. Estás aquí conmigo.
Dejo que las palabras se hundan. Estás aquí conmigo.
Aprieta los labios contra mi cara y mi cuerpo se estremece.
No es un temblor normal. Es el tipo de escalofrío que solo ella puede provocarme, el tipo que causa que la piel de gallina estalle sobre mi piel. El escalofrío electriza mi sangre, enviándola a bombear rápidamente desde mi sistema hasta mi pene, removiéndolo de su sueño.
Paula arrastra sus dedos delicadamente por mi estómago hasta mis caderas y sus dedos bailan en círculos pequeños que harían que me acostara si no estuviera tan dolorosamente duro. Doblo mis caderas contra su mano, esperando que capte el toque y lo hace. Sus dedos se enganchan alrededor de la banda de mis pantalones cortos y levanto mis caderas mientras ella tira de la mitad de ellas
hacia abajo.
Siendo el caballero que soy, la ayudo con el otro lado. Paula se sienta, lanzando una pierna por encima de mi cuerpo y la entrelaza bajo mis caderas.
Puedo sentir su desnuda, húmeda vagina en mi carne mientras frota sus manos de arriba a abajo en mi pecho. Se inclina hacia delante, apenas poniendo alguna presión sobre mi cuerpo, y me da un beso justo en el pecho.
Una y otra vez me besa mientras sus manos se deslizan sobre mi piel. Gruño mientras levanta su trasero, dejando que mi pene se deslice entre nosotros, luego se baja a sí misma, dejando que su centro presione contra de mi lanza.
Mi respiración se atora mientras me calienta, abrigándome en su humedad. Ella me está tomando el pelo, lo que me permite sentirla sin dejarme dentro y me gusta.
No quiero que me lo dé enseguida. Quiero que juegue conmigo, que me vuelva loco con su cuerpo, y cuando no pueda soportarlo más, quiero que me lo dé, que me obligue a iniciar la dulce tortura de nuevo. Ella sabe exactamente lo que está haciendo, algo que nunca imaginé cuando la conocí.
En público, Paula parece inocente. Sus ojos son brillantes y dulces, te engaña en pensar que nunca ha tocado un pene antes en su vida, pero cuando estamos solos, cambia. Su oscuridad interior la toma, se desvanece la inocencia y las luces brillantes en sus ojos oscuros, transformándose en un rescoldo travieso. A puerta cerrada, sabe exactamente cómo manejarme.
Paula es una fuerza innegable con piernas largas y curvas sutiles, todo envuelto de unos ojos bonitos y verdes. El paquete perfecto. A menudo se dice que es consumida por mí, pero yo soy el consumido por ella. Su mente no funciona como la de cualquier otra persona. Alguien la mira y piensa que hay algo mal con su vestido o su cabello, pero cuando veo que la miran, veo el deseo y la envidia tan claro como el día.
Arrastrando sus besos por mi cuello, comienza a balancear sus caderas sensualmente deslizándose a sí misma por mi longitud. Se siente increíble, más que increíble, y ni siquiera he entrado en ella todavía.
Cierro los ojos mientras sus manos masajean delicadamente mi pecho y se inclina hacia delante, apoyando su frente contra la mía. Me gustaría que hubiera luz aquí para poder ver su rostro, para poder ver su cuerpo contra el mío y la
expresión de su cara cuando hago que se venga.
―¿Te gusta cuando voy lento? ―susurra, su voz es ronca y dificultosa mientras toma mi labio inferior entre sus dientes.
Sonrío y arrastro la punta de mis dedos a lo largo de sus muslos. Sus músculos tiemblan cuando levanto mi cabeza de la almohada y chupo su labio inferior. Jadea, su aliento caliente sale de ella en excitadas respiraciones.
Libero su labio.
―Lo sabes, me encanta.
En respuesta, se desliza contra mí una y otra vez, empujándome más cerca del borde. Agarro sus caderas, incapaz de evitar alejar mis manos de ella ni un segundo.
Me gustan mis dedos, obligándola a moverse con movimientos más rápidos.
―¿Sabes qué más quiero?
Ella gime, sus manos ya no masajean mi pecho, pero excavan.
―Que me hagas venir.
Paula gime y los músculos de su muslo se aprietan en mis caderas.
―¿Te gusta?
Me estremezco.
―Malditamente sí, lo hago.
―Entonces hazlo ―exige ella―. Por favor. ―Se estremece e inhala fuertemente mientras se mueve más frenéticamente―. Por favor, hazlo.
Siento que mis propios labios tiemblan mientras muevo mis caderas y la pongo encima. Jadea mientras la empujo con fuerza al colchón y me estiro entre nosotros. Su embriagador aliento es casi un sollozo cuando siente mi mano deslizarse contra la cara interna de su muslo. Apenas hago contacto pero ella se estremece ante el menor rasguño.
Bajo mi boca y beso su cuello mientras froto mi pene duro de arriba abajo en sus labios. Inmediatamente, el cuerpo de Paula se mueve por propio acuerdo, levantándose para empujarse contra el mío y me insta a tomarla. Sus manos se mueven hacia mis hombros y aprietan mi cabello mientras mis labios continúan explorando su cuello y por arriba de su clavícula.
Los fuegos artificiales comienzan dentro de mí, lo que desencadena cada célula y cada movimiento, pero me las arreglo para mantener la compostura. Mis besos colocados estratégicamente encuentran su boca de nuevo, y la beso con avidez, apasionadamente. La pasión que le muestro a mi esposa es un tipo de pasión diferente a la que le muestro (o le he mostrado) a cualquier otra persona.
La pasión que gasto en Paula es alimentada por el amor y la lujuria. Nunca ha sido así con nadie. No te equivoques, cualquier persona puede ser apasionada, pero se necesita amor verdadero para ser apasionado y una, otra y otra vez.
Nunca me canso de su piel caliente, firme o suave.
Nunca me canso de sus grandes y redondos pechos, animados o no, no me canso de su cálida sonrisa y ojos de color verde brillante. Ella es mía, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe, creo que, incluso en la otra vida es mía y voy a pelear con cualquier cabrón fantasma que intente quitarme eso.
Consumo por completo su boca con la mía, saboreando cada centímetro de ella mientras me empujo dentro de la dulce abertura entre sus piernas. Está caliente, tan jodidamente caliente y me detengo cuando sus paredes me aprietan.
Jesús. Cierro los ojos un instante y trago. No me detuve para jugar, me detuve, porque estoy cerca de venirme.
―Más ―demanda ella contra mis labios.
Me empujo más, abandonando su boca y dejando caer mi frente contra la suya. Tomará un montón de atención no dejarme llevar y follarla hasta el olvido.
La espalda de Paula se arquea y aprieto los dientes. Sería más fácil para mí no venirme si no fuera tan malditamente sexy.
―Más ―exige ella, meciendo sus caderas―. Todo de ti, quiero todo de ti.
¿Cómo puedo ignorar tales objeciones? Miro sus entrecerrados ojos, e incluso con la iluminación muy tenue, los veo ser una llamarada.
―¿Quieres todo de mí? ―le pregunto.
Asiente y me empujo con fuerza. Clava las uñas en mis caderas, acercándome más, pero me detengo de nuevo y ella gruñe, lo cual me hace gracia.
Gira sus caderas y me empujo dentro de ella una y otra vez.
Lo hago más y más duro hasta que siento el abrazo apretado de su vagina deliciosamente contra mí.
Después de eso, no pasa mucho tiempo para que se rompa completamente debajo de mí, ordeñándome en mi propio orgasmo. Me paseo hacia fuera hasta que mis espasmos corporales son el mero roce en sus paredes blandas. Mis brazos tiemblan y me bajo, con cuidado de no dejar caer todo mi peso sobre su figura tan pequeña.
―¿Te sientes mejor? ―susurra ella, ahogando un bostezo y pasando sus dedos por mi lado.
Beso su hombro.
―Me sentí mejor el segundo que me desperté y escuché tu voz.
―Los sueños se detendrán una vez que todo esto termine.
Asiento, elijo no decirle que sus palabras no suenan tan convincentes como estoy seguro de que quiere que lo sean.
―Y no importa en qué dirección vayas, siempre me tendrás.
Levanto la cabeza y busco sus ojos a la tenue luz.
―Eso significa más para mí que cualquier otra cosa.
Me besa suavemente, y es en momentos como estos que me alegro de que no haya nadie alrededor. La mera idea de que alguien más escuche nuestras cursis conversaciones privadas me hace temblar. Siempre que Damian le habla a su esposa en el teléfono, no hace ningún esfuerzo por ocultar su lado enamorado y me burlo de él, diciéndole nombres relacionados con marica.
Lo sé, tan contradictorio de mí. No puedo evitarlo. Me desvío. Es lo que hago.
Si hay una cosa que Paula me ha hecho ver, es cómo me contradigo. Le dije a Paula que no quería tener sexo con ella... y tuve sexo con ella. Le dije que no quería una relación, entonces le pedí que fuera mi novia, y luego me casé con ella.
Es decir C.O.N.T.R.A.D.I.C.C.I.Ó.N. en su forma más pura, mis amigos.
Desde entonces, me he contradicho a mí mismo un millón de veces, estoy al tanto de eso. Ahora, va la parte fácil.
Pregúntame si me importa... ¿Me importa? No, no lo hace.
Los poetas tienen razón, saben, el amor te hace cosas que te juras que nunca harías. Esos hijos de puta necesitan medallas o algo, porque soy una prueba viviente de sus palabras.
Ruedo fuera de Paula y quedo sobre mi espalda. Al instante, ella se mete en mi costado. Con toda seriedad, me alegro de haberme contradicho a mí mismo.
Si no lo hiciera, hubiera perdido a Paula. Me hubiera perdido la oportunidad de ser bueno.
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Divinos los 2 caps!!!!!!!!!!! Re tiernos!!!!!!!!!
ResponderEliminarwow buenísimo, me encanta!!!
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