viernes, 23 de mayo de 2014

CAPITULO 165




Después de ver a Dom, el entrenamiento pasó volando y Damian pareció estar impresionado con mi concentración “agresiva”. Ayudó el imaginar la cabeza de Dom en el cuerpo de Luciano, aunque no creo que Jackson lo apreciara mucho.
Especialmente cuando lo golpeé muy duro y le abrí el labio. Paula vio todo el entrenamiento de piso, pero huyó de la habitación una vez que lo llevamos en la jaula.
Más tarde, volvió para decirme que se iba a casa y que me vería en mi casa esta noche. La acompañé a su coche solo para estar seguro, a pesar de que me dijo que era innecesario. 


—¿Listo para irnos? —pregunta Damian, apagando las luces de la sala de entrenamiento y sacándome de mis pensamientos de esta tarde. 


Es tarde, el sol apenas está lo suficientemente alto como para producir la iluminación adecuada. Todo lo que quiero es ir a casa, tomar una ducha, y pasar el resto de la noche en la cama con Paula. 


—Sí. —Agarro mi camisa y tiro de ella por encima de mi cabeza. 


Mis brazos se sienten débiles. Pasamos todo el día en el gimnasio trabajando en la mejora de las técnicas y lo único que quiero es descansar.
Damos un paseo por la sala y le damos a la zona principal una mirada por encima antes de deslizarnos por la puerta con llave detrás de nosotros. 


—Mañana a las 06 a.m. 


Asiento.


—Lo tengo.

Pesco mis llaves del bolsillo y de la nada un puño me da duro en mi riñón,lanzándome hacia adelante. 

—Qué caraj… —gruño mientras otros golpes de puño me dan al lado de mi mejilla, haciendo que mi cerebro ruede en mi cabeza. En defensa, me lanzo hacia delante, bajando un brazo y golpeando a alguien en las costillas. Antes de que pueda lanzar otro, un puño conecta con mi boca y me comienza a arder mientras un viejo corte da contra mis dientes. Brazos gruesos se apoderan de los míos,tirando de mí y levantándome para mirar al hombre frente a mí. Mis ojos buscan sobre una cabeza calva y ojos de color verde oscuro. 

—Hijo de puta —gruñe. Su brazo se ajusta y cierra de golpe en mis costillas,forzando mi aire hacia fuera—. ¿Crees que me puedes faltar el respeto?  

Otro golpe a las costillas me hace encorvar de dolor. Mierda. Duele respirar.
Dom agarra un puñado de mi cabello y escupo sangre hacia él. Qué diablos, está atacando en el estacionamiento de forma inesperada. 

—Hey, Pedro, mañan… —Sigo mis ojos a Dom mientras se azota alrededor para ver a Damian allí de pie. Las llaves del coche de Damian se estrellan en el concreto y toda emoción sale de su cara. Tiene una mirada fría en sus ojos, como si estuviera sin sangre. Empieza a ir hacia Dom y cuando lo alcanza, Dom lanza un gancho de derecha que hace que Damian se mueva antes de que su puño conecte con la mandíbula de Dom. Dom tropieza bajo la fuerza del golpe de Damian,aturdido con que un hombre de esa edad pueda mecerlo con un puñetazo. De repente, me suelto y no pierdo nada de tiempo yendo hacia adelante para ayudar Damian. Los amigos de Dom lo empujan fuera del camino, ocultando al hombre detrás de su espalda y van con mano dura sobre Damian y yo.
Damian se sostiene, defendiéndose de dos chicos que tomo al final. Es lento comparado conmigo, e incluso con el dolor punzante en mi pecho, doy un puñetazo de un millón a uno. Agarro su cabeza y la arrastro hacia abajo antes de cerrar mi rodilla en su nariz. Siento sangre caliente, pegajosa filtrarse por mi pierna y dejo que el chico se vaya mientras tropieza hacia atrás apretándose el rostro. Damian está acurrucado en el suelo junto a mí mientras dos hombres lo patean con toda la fuerza que tienen. Me pongo en marcha hacia ellos, pero Dom se une a la pelea de nuevo, saliendo de la nada y se empuja a sí mismo hacia mí.
Tropiezo hacia atrás mientras agarra el cuello de mi camisa y se columpia. Solo consigo agarrarlo mientras se quita la camisa y ofrece otro fuerte golpe en mis costillas. Me brota el dolor y mis rodillas se doblan. Caigo al suelo, gimiendo y apretándome los lados.

—Aprende a tener puto respeto —gruñe antes de silbarle a sus perros e irse fuera. 

Gimiendo, me arrastro sobre mis pies, sosteniendo mis costillas. No vi esa venir y estoy demasiado herido para estar enojado en este momento, pero mañana, cuando mi cerebro no esté hinchado contra de mi cráneo, será un hombre muerto. Observo mientras Damian se jala poniéndose de pie, con el rostro ya con moretones.


—¿Estás bien? —le pregunto, escupiendo sangre sobre el concreto.


—No te preocupes por mí. —Tose y hace una mueca, apretando su estómago—. Yo no soy el que tiene una entrevista la semana que viene, mira el tamaño del corte en tu labio.


Paso mi lengua, sintiendo el dolor de inmediato. Damian se estira y comienza a tocarme, asegurándose de que nada esté roto y por suerte, nada se siente roto.
Esos bastardos débiles no podían incluso hacer un trabajo decente. 

—Él va a mald…


—No hagas nada, Pedro —Damian exhala, pasando sus manos por su cara.


Todo dolor se drena de mi cuerpo. 

 
—No hablas en serio.

—Tenemos que enfrentar esto profesionalmente, con la policía y todo. No puedes arriesgarte a perder tu carrera por esto. 

 
—¿Qué pasa si hubiera estado con Paula esta noche? ¿Y si ella salía lastimada en vez de ti?  

Sus cejas se arrugan. 

 
—Eres mi principal preocupación, no ella. 

 
—Al diablo con eso —digo.

Estoy demasiado cansado y demasiado maltratado para esta mierda.
Dejando caer mi mirada, meto mis manos en el bolsillo, con rabia hurgando por las llaves. Cuando las consigo, me vuelvo de Damian y voy como una tormenta a mi coche.
Haciendo una mueca, me deslizo dentro y cierro la puerta antes de encender mi coche y alejarme. Los dolores de mi cuerpo se desvanecen mientras trato de pensar en algo que decirle a Paula. No quiero que venga esta noche. No quiero que me vea así.

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