Largos escalofríos de energía nerviosa pasaron a través de mí mientras Pedro rebota en las puntas de sus pies en frente de mí. Estoy más que ansiosa,incapaz de experimentar una emoción específica. Todo está hecho puré junto, emoción. Nerviosismo. Frustración. Anticipación.
Sus ojos marrones caen sobre mí y puedo ver la ansiedad en su rostro. No le gusta que no haya estado en su habitación antes de la pelea y tampoco quiero saber lo que está pensando. Quiero ayudarlo a aliviarse. Una gruesa capa de vaselina brilla en su ceja y ruego a Dios que esto ayude. Pedro y yo estamos tan atrapados en nuestro pequeño mundo que ni siquiera notamos a su oponente, Joshua Donskov, yendo hacia el ring con un pisotón enojado. Es un gran chico, uno grande en serio, no sólo de alto sino también de ancho. Sus cortos rizos rubios rebotan en la cima de su cabeza y engancho mis manos entre las rodillas para evitar morderme las uñas.
A mi lado, hay un asiento vacío. Está reservado para papá. Qué no daría por tenerlo a él y a Vanesa aquí conmigo.
Cuando termino el pensamiento, un largo cuerpo cae en el asiento junto a mí, pero no le prestó atención. Al menos, no hasta que los ojos de Pedro se estrechan sobre quien sea que es. Vuelvo lentamente la cabeza y en realidad no me sorprende ver al molesto de Dom sonriéndole a Pedro. Dom luce peor de lo que lo hace Pedro. Tiene un labio partido y un corte en la mitad de la nariz, que se mantiene unida con puntadas de mariposa. Miro a Damian y Luciano. Están
rígidos y echan un vistazo con ansiedad entre los dos combatientes. Damian se inclina y habla a través del comunicador de Pedro.
―No te vi salir de la habitación de Pedro. Estaba preocupado de que hubiera abierto una brecha entre ustedes dos ayer por la noche.
Me trago mis nervios.
―Sí, te ves verdaderamente devastado por eso.
Su gruesa pierna vestida en mezclilla se inclina contra mi piel desnuda, siento como si hubiera metido mis pies en una caja de crías de araña y ahora estuvieran corriendo por mi pierna. Me estremezco y me inclino lejos de él.
―Vamos. ―Ríe―. No soy tan malo. Dejé que tu pequeño novio continuara en el torneo. Deberías estar de rodillas, dándome las gracias.
Me estremezco, pero no le respondo. No voy a alimentar el fuego entre Pedro y Dom. Pedro flexiona los dedos,poniéndolos en puños y relajándolos de nuevo.
Asiento hacia él, asegurándole que no debe preocuparse por mí. Gira sus hombros hacia atrás y se centra en Josh. Josh mantiene sus ojos fijos en Pedro, sin apartarlos ni un segundo. El locutor está recitando un montón de patrocinadores, pero no puedo oírlo. Estoy demasiado ocupada concentrándome en Pedro y haciendo caso omiso de la presencia de Dom.
Asiento hacia él, asegurándole que no debe preocuparse por mí. Gira sus hombros hacia atrás y se centra en Josh. Josh mantiene sus ojos fijos en Pedro, sin apartarlos ni un segundo. El locutor está recitando un montón de patrocinadores, pero no puedo oírlo. Estoy demasiado ocupada concentrándome en Pedro y haciendo caso omiso de la presencia de Dom.
―Si estás aquí para distraerlo, no va a funcionar―murmuro, tirando de mí vestido hacia abajo para cubrirme las rodillas.
Dom apoya un brazo en el respaldo de mi silla, con el dedo índice rozando a lo largo de mi hombro y me inclino hacia adelante para alejarme de él.
Dom apoya un brazo en el respaldo de mi silla, con el dedo índice rozando a lo largo de mi hombro y me inclino hacia adelante para alejarme de él.
―Hagámoslo ―dice el árbitro.
Una vez que empieza el partido, es más fácil hacer caso omiso de Dom y engancho mis manos entre las rodillas de nuevo, manteniendo los ojos bien abiertos. No puedo mirar a otro lado, no esta vez. Las manos de Pedro están arriba, cubriendo su rostro, sobre todo sus cejas. Josh ataca fuerte y rápido, Pedro se las arregla para bloquear la mayoría de los golpes.
Los golpes al cuerpo, sin embargo, no puede evitarlos a menos que quiera exponer el corte en su ceja.
―Es una pena lo de la ceja. Eso tiene que ser un poco incómodo, sobre todo cuando va en contra de un luchador.
Con ellos no hay ninguna técnica real, ya ves. Todo lo que hacen es golpear.
Con ellos no hay ninguna técnica real, ya ves. Todo lo que hacen es golpear.
Pedro y Josh rebotan por todo el ring, dando puñetazos y más puñetazos. Me estremezco en mi asiento cada vez que Josh aterriza un golpe. Sabe que Pedro tiene una ceja rota y está realmente tratando de conseguir que deje caer su guardia.Pedro patea las piernas de Josh para tirarlo y se lanza sobre él. Comienza a golpear su rostro contra el suelo del ring. Las manos de Josh están arriba y tratando de proteger su cara.
En mi bolsillo, mi teléfono vibra y realmente no quiero contestar, no ahora, pero no puedo ignorarlo. La última vez fue algo serio. Lo saco de mi bolsillo y miro en la pantalla un número privado. Lo traigo a mi oído,bloqueando el otro con el dedo índice.
―¿Hola?
―Hola, me pasa con Paula Chaves, por favor.
Mi pecho se aprieta.
―Ella habla.
―Señorita Chaves… soy la doctora Monica Falen. ―Mi corazón se detiene―. Su padre fue traído esta tarde después de sufrir un segundo ataque al corazón… Lo siento, pero no hubo nada que pudiéramos hacer.
No lo registro. No entiendo lo que está tratando de decir.
―¿Qué quiere decir? ―pregunto, con la esperanza de haberla oído mal. Dom se acerca más para decirme algo, pero pongo mi mano en su cara para que se calle.
―Su padre ha fallecido.
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