viernes, 25 de abril de 2014

CAPITULO 74



Él sujeta una pequeña caja roja en frente de él. La miro fijamente, pero no la tomo de sus manos. 
 
―¿Qué demonios es esto?

―Ábrelo.

―No lo voy a abrir.

Él resopla y toma mi mano. Pone la caja de terciopelo en ésta y se para delante de mí.

―Ábrela cuando no esté entonces. ―Me da un abrazo y yo me tenso debajo de él.

Probablemente Pedro está echando chispas ahora mismo. 

Sin decir otra palabra Ramiro se aleja de mí, cruza la calle y se sube en su coche blanco. 

Arrastro mi mirada desde el coche de Ramiro hasta la mesa. Cada una de sus miradas están puestas en mí y en la pequeña caja roja en mi mano. Mis zapatillas se arrastran contra el hormigón cuando lentamente camino de vuelta a la mesa.

―¿Qué mierda es esta? ―pregunta Vanesa tan elegantemente.

―No lo sé, no la he abierto. ―Me dejo caer en mi silla.

―Entonces ábrela ―demanda.


―En realidad no quiero hacerlo. Voy a ponerlo en su buzón más tarde.No lo quiso tomar de vuelta.  
―Creo que sé lo que es ―murmura Vanesa―. Capullo manipulador.

Asiento. Lo hago demasiado… Es un anillo. Meses atrás, le dije a Ramiro que pensaba que ya estaría comprometida o casada, quizás hasta embarazada. Él se rió de mí y me dijo que estaba de todas formas muy joven para ello. Le hable a Vanesa sobre ello el mismo día.

No tengo ni idea de qué pensar sobre el anillo. No dijo específicamente que es para matrimonio o lo que sea. Aun si lo fuera, la opción está tan alejada de él que incluso no es gracioso. No quiero salir con él por no hablar de casarme. 

Finalmente, miro a Pedro. Está inclinado hacia un lado de su silla,frotando un dedo a lo largo de su labio inferior, claramente reflexionando.

―No me importa lo que es ―le digo a Vanesa―. No lo quiero.

Empujo la caja dentro de mi bolso y sigo comiendo mi desayuno.

―Quema ese jersey cuando llegues a casa. ―Luciano rió, empujando una tostada en su boca.

Él encontró esto muy divertido, pero en mi opinión todo lo demás del desayuno feliz que tuvimos antes se esfumo. Comimos en silencio, haciendo cualquier pequeña charla cuando lo consideraban necesario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario