El cuarto de baño es un poco estrecho y sólo hay dos cabinas de ducha.
Los otros cuatro son de regaderas a la intemperie.
No soy lo suficientemente descarada para ducharme delante de otras personas, pero la anciana duchándose libremente cuando entré parecía no tener desacuerdo con que la viera desnuda. Yo, por otro lado, aprieto los ojos con fuerza y me lanzo a la cabina más cercana.
El agua es agradable en mi piel. Un poco demasiado fría para mi gusto, pero necesito que lo sea. Si iba a pasar el día sin tocarme a mí misma para aliviar lo que sea que me ha enrollado más apretada que una maldita caja-de-sorpresas, entonces necesito algo que me enfríe.
Nunca he sido una persona sexual, pero en este momento estoy más caliente de lo que he estado en mi vida y todo es debido a un chico en el gimnasio que me miró.
Cuan débil.
Me gusta el sexo, pero Ramiro ha sido mi única pareja sexual y el sexo en realidad no es nada para presumir. Va por unos minutos y luego se acabó.
La única manera que he sido capaz de alcanzar el orgasmo es si lo hago yo misma.
Me seco y me meto en la ropa interior. Me pongo unas medias negras y luego mi vestido negro antes de ponerme un bonito par de calzados crema.
Después de recoger mis cosas, me dirijo a los lavamanos con los espejos empañados. Incluso después de la ducha fría mis mejillas están aún un poco sonrojadas. Me froto la base para disminuir el tono rosado y funciona hasta cierto punto. Después de aplicar un poco de sutil maquillaje en los ojos, me recojo el largo y húmedo cabello en un moño improvisado.
Es un poco complicado, pero parece deliberado y realmente no puedo molestarme en arreglarlo.
Saco mi teléfono celular y lanzo mi bolso sobre mi hombro. La anciana aún está descaradamente duchándose cuando salgo de la habitación y, mientras me paseo por el pasillo, enciendo mi teléfono e inmediatamente me bombardea con mensajes de texto y mensajes de voz de Ramiro, mi mamá y mi mejor amiga Vanesa.
DE: Vanesa 12:00 a.m.
¿Por qué me está llamando Ramiro sin parar?Por favor, dime que es verdad y has tirado su arrogante culo.
DE: Vanesa 12:15 a.m.
¡Contéstame maldita sea!No sé si debería abrir el champán o no.¡El suspenso me está matando!
DE: Vanesa 12:30 a.m.
Abrí el champán de todos modos.
Reír para mí misma. Vanesa siempre está buscando una excusa para beber alcohol. Creo que ya ha tenido tres cumpleaños este año a causa de eso. Le respondo.
A: Vanesa 8:15 A.M.
Síp, todo ha acabado entre nosotros.El hijo de puta me dejó…
―Unf. ―Gruño cuando camino contra un cuerpo duro. Mi teléfono se desliza de mis manos y golpea el suelo. Afortunadamente, la pantalla permanece libre de grietas―. Lo siento. ―Me quejo, arrodillándome para recoger mi teléfono. Lo tomo del suelo y luego me congelo.
Mi mano se aprieta convulsivamente alrededor del dispositivo cuando me doy cuenta de que la persona que está delante de mí es el que llevaba un par de pantalones de cordón negro. Lentamente, mis ojos viajan por su cuerpo. No, no, no, no.
Por favor, Dios deja que sea alguien más excepto él.
Mi mirada se encuentra con su fuerte y sudoroso pecho y luego se disparan rápidamente hasta un par de ojos de chocolate que tienen pequeños surcos de oro miel que se ramifican a lo largo de ellos.
Trago fuertemente. Está a centímetros de mí, de pie tan inmóvil como la piedra y la mirada fija en mí.
Siento que mis rodillas comienzan a temblar mientras escudriño tímidamente hacia él entre mis pestañas oscuras. Extiende una mano de dedos largos hacia mí y la tomo instantáneamente.
―¿Te puse mojada? ―pregunta él con una voz que es
tan pecaminosamente profunda que tengo inmediatamente un escalofrío bajando por mi columna.
Me ayuda a levantarme, pero no me suelta la mano.
Su piel está caliente y mi sangre hierve a fuego lento como resultado.Hundo mis dientes en mi labio inferior,mientras un rubor delator aparece en mis mejillas.
―¿Qué?
―¿Te puse mojada? ―repite esta vez más despacio, enfatizando cada palabra―. Estoy cubierto de sudor. ―Oh, correcto. ―Le echo un vistazo a mi vestido. Hay algunas manchas de humedad que son más negras que el resto, pero nada demasiado serio o grave. Ni siquiera creo que la palabra grave pueda ser utilizar en una oración con este hombre―. No mucho.
―¿Cuál es tu nombre? ―pregunta, inclinándose más cerca de mí. ―Paula.
La boca de Pedro se moldea en una sonrisa impresionante y fracaso en arrancar mis ojos de los suyos mientras arrastra mi mano a su boca y suavemente coloca sus labios sobre mis nudillos. Jadeo ya que tira de mí acercándome.
Mi mano libre vuela y se apoya contra su duro pecho en un intento de detenerme de presionarme completamente contra él.
Pura lujuria candente desgarra mi cuerpo y se derrama sobre todos los órganos y todos los huesos antes de establecerse entre mis muslos.
Nuestros cuerpos están tan cerca y me quedó mirando fijamente en sus oscuros ojos, completamente desarmada y confundida. ¿Estoy soñando? Puedo sentir el calor de su cuerpo irradiar hacia mí, entrando en mí. Miro más allá de él y la morena, su novia, nos está frunciendo el ceño.
Tomo una profunda respiración controlada antes de tirar de mi mano. Si mi mano tuviera una mente propia, sin duda,me habría abofeteado. Parece divertido por la manera en que lo contemplo y se muerde los labios conteniendo una sonrisa.
―Si me disculpas ―digo, dejando caer el contacto visual―. Se me está haciendo tarde para el trabajo.
¡Maldita sea! Si no tuviera que trabajar, me gustaría permanecer en el gimnasio todo el día. Doy un paso por delante de él y mantengo mi cabeza hacia abajo mientras paso a su novia. Detrás de mí, la enojada voz de la morena divaga sobre cuán irrespetuoso es con ella y creo que lo escucho soltando una risita. Sin mirar sobre mi hombro, huyo del gimnasio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario